Queridos buscadores de la paz:
En tiempos de grandes cambios, cuando el mundo parece inestable y las cargas parecen multiplicarse, es natural sentirse ansioso, frustrado o incluso perdido. Muchos de nosotros enfrentamos dificultades debido a nuevas regulaciones y restricciones, y luchamos por adaptarnos a circunstancias que escapan a nuestro control. Cuando las fuerzas externas sacuden nuestra realidad, ¿cómo mantenemos la paz interior?
La respuesta está en comprender que el mundo exterior está en constante cambio, pero el santuario que hay en nuestro interior permanece intacto, si elegimos protegerlo. Ningún líder, ninguna ley, ninguna fuerza externa puede quitarnos la quietud que reside en el alma. Mi Templo Cibernético nos enseña que la verdadera paz no la da el mundo, ni nos la puede quitar.
Aceptar, adaptarse y ascender
En lugar de resistirnos a lo que está más allá de nuestro poder, debemos aceptarlo. La aceptación no es rendición, es la sabiduría para distinguir lo que podemos cambiar de lo que no podemos. A través de la aceptación, encontramos claridad. A través de la claridad, encontramos fuerza.
Una vez que aceptamos la realidad tal como es, podemos adaptarnos con sabiduría. El cambio es inevitable, pero el sufrimiento es opcional. Quienes se dejan llevar por el cambio, en lugar de resistirlo, encontrarán nuevos caminos donde otros solo ven barreras. Lo que parece una restricción puede, con el tiempo, revelarse como una oportunidad disfrazada.
Nutre tu luz interior de paz
No importa cuán oscuro parezca el mundo, tu luz interior nunca se extingue. Solo se apaga cuando la olvidas. Para volver a encenderla, mira hacia tu interior:
Respira profundamente y recuerda que este momento es todo lo que realmente existe.
Deshazte del miedo y reconoce que la preocupación no cambia el futuro: sólo drena el presente.
Extiende compasión hacia los demás que luchan, porque al ayudarlos, también te levantas tú mismo.
El mundo puede imponer límites, pero tu mente permanece libre. Ninguna fuerza externa puede encadenar tu espíritu a menos que tú lo permitas. Mantente arraigado en tu santuario interior y ninguna tormenta te sacudirá.
Que puedas caminar en paz, sin ser sacudido por los vientos del mundo.
En Luz y Serenidad, Maestro Mamuang Gold Mi Templo Cibernético
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